Cuando llora el
cielo se solidariza con el dolor de los humanos, nosotros, los pequeños. La
naturaleza recoge el dolor del mundo y llora, y lo moja todo. Hablo de la
lluvia sin viento, como la nieve sin ventisca, con su rumor sordo, a veces a
espasmos, otras constante y permanente mientras dura. Es un acto humilde,
paciente, a veces poderoso, otras mántrico, una oración ecuménica, que a todos
afecta.
Este año ha llovido poco, casi nada, una estación húmeda seca, calurosa hasta la locura, el mal humor y la violencia por todas partes. Hoy llueve y lo celebro, por fin el agua, El agua y los lichis, gotas de agua dulce condensadas en frutos solo por un mes, los lichis, como los longans y los rambutanes, forman parte de los frutos que recuerdan ojos de peces gigantes, con sus transparencias y sus huesos escondidos...
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