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jueves, 11 de septiembre de 2025

SERIE EL BOSQUE. NUEVAS IMAGENES 11 SEPTIEMBRE 2025

 En la búsqueda continua de nuevas vias de expresión, que es lo que nos caracteriza a los artistas y nos diferencia un poco de los artesanos, que buscan la perfección en el dominio de la técnica a través de la repetición más que el perpetuo, a veces humillante, siempre excitante, desafío de lo desconocido, la atracción de lo nuevo, he experimentado con técnicas míxtas de trasferencia de pigmentos e impresión vegetal usando las hojas como moldes. 

Seguirán más muestrás. Es muy divertido, y el resultado, sobrecogedor.







 

miércoles, 13 de agosto de 2025

  

EL BOSQUE SECRETO 


Cuando era niño tenía algunos libros de tapa dura y tamaño grande. Todo en ellos era grande, las imagenes, de página entera o a veces doble, la letra, del tipo Time Roman (entonces no sabía cómo se llamaba). Eran libros pesados, no podía acarrear más de dos o tres a la vez. Eran los típicos libros que podía sostener en mis rodillas en esas eternas sesiones de WC entre ponerme, hacer y quedarme ahí hasta que decidía irme a por otra cosa. 

Uno de esos libros se llamaba El bosque secreto. Guardo un recuerdo difuso, y quizá lo confundo con el de las fábulas de La Fontaine, o de Esopo, otros de mis grandes libros con sus imágenes pintadas a mano, no con inteligencia artificial. Imágenes duras, europeas, no edulcoradas o infantilizadas, censuradas o manipualdas, imágenes  que daban miedo, no solo por la gestualidad agresiva con que habían sido pintados los animales protagonistas, sino por sus miradas depredadoras hacia sus víctimas o compañeros de escena, o peor aún, hacia los tiernos espectadores.

He paseado por muchos bosques, tanto de día como de noche, a pie, o en burro, en verano y en invierno, con frío, con sed o agotado. La naturaleza del bosque parece más previsible que la del mar, más evidente, y sin embargo puede ser igual de peligrosa, tan bella y cambiante. Los árboles y arbustos, las densidades del follaje, las sombras, las peñas, las grietas, cuevas, las huellas, los incendios, los rayos, los animales salvajes, animales que no están para contart historias y si alguna moraleja quieren recordarte, quizás sea tu última, la que hubieras debido recodar sin su ayuda, y que hubiera podido salvarte la vida, ahora, cuando ya es demasiado tarde. 

En la poética del bosque me sumerjo ahora usando técnicas de trasferencia vegetal e impresión primitiva, entre la pintura y la cocina, nada más apropiado para mí, pues ambas me fascinan.











miércoles, 11 de diciembre de 2024

 




COOK OR DIE, the english version of EL ÚLTIMO CANAPÉ, LA COCINA O LA VIDA, from Lux Lumière, is coming. 

Lux Lumière is looking into sharing her book with the English reading audience. A translation is therefore in process. 

Here a highlight of one of his main characters's manifesto: 

‘Chefs are artists with a stopwatch. Ingredients are living beings that begin to decompose the moment they cross the kitchen door, or even before if we bought wrongly. You have to use them at the right time. Too early is bad, too late, disastrous. Mistakes are costly. If you let an opened can of caviar spoil, you’re out. Recipes are musical creations, they have tempos, their full, half, quarter, eighth, and sixteenth notes. Full notes for marinated items; Half notes for soups, stews, boiled dishes, cakes; quarter notes for vegetables and grilling, for steaming and pastas, for rice; eighth notes for meat, for frying, and omelettes; sixteenth notes for sautéed seafood, for salads. Customers have expectations of rhythm. Their stomachs can’t tolerate a bite being delayed more than fifteen or twenty minutes, or the digestion of the previous dish begins, and they lose interest or enter a hungry aggression. There must be a tick-tock inside each chef, just as there’s a metronome inside every musician. And that rhythm is either within you, or it’s not. Because entering a kitchen without a metronome is like playing in an orchestra without a score, an infinite and unnecessary risk. And here, the conductor of the concert, the first violin, the soloist, and the one who sets the note that everyone tunes their instruments to, is me, Scarpatti’.


jueves, 28 de noviembre de 2024

EL ÚLTIMO CANAPÉ

 Lux Lumière sale a la luz con el título El último canapé, tras una labor de investigación toxicológica de una década que pone al servicio de la ficción para sorprendernos con una historia de destino en la que los protagonistas al igual que en las tragedias griegas deben debatirse entre la moral individual y la colectiva, entre la posibilidad de vivir ignorando la llamada de una misión trascendental o someterse a un camino fatal e ineludible. La novela aborda el mito del doble, personalizado por dos gemelos, una mujer y la otra transgénero, una chef de cocina, la otra médico que abandonará su profesión para seguir los pasos de su hermana desaparecida y descubrir que no la conoció en absoluto. El mundo de la alta cocina creativa es llevado a extremos de performance donde el ingrediente más importante será la supervivencia. El chef de la meca de la cocina mundial encarna la soberbia y la vanidad en estado puro, mientras vive con una cuenta atrás que suena como un reloj en su cabeza. La trama progresa hacia una serie de finales abiertos con un paisaje de fondo en el que vemos figuras, víctimas y verdugos, de toda clase y condición, mientras una inspectora de policía, protagonista de otras novelas de Lux Lumière inéditas, tratará de llevar a la justicia colectiva a aquellos que la han repudiado y aplican la justicia individual a una serie de criminales. 

Podéis acceder al libro en formato digital en Lulu.com


https://www.lulu.com/shop/lux-lumi%C3%A8re/la-cocina-o-la-vida-el-%C3%BAltimo-canap%C3%A9/ebook/product-2mjkzpw.html?page=1&pageSize=4


También accesible en Amazon Kindle en formato ebook y tapa blanda

https://www.amazon.com/gp/f.html?C=2YZ91DPTDXIF1&K=3TC5JW85XPWOB&M=urn:rtn:msg:2024121102550130e1b4d40c124546a7399bfe8690p0na&R=1FSR1OKTZWI66&T=C&U=https%3A%2F%2Fwww.amazon.com%2Fauthor%2Fluxlumiere%3Fref_%3Dpe_2466670_811284380&H=EDEXCTAUTWZFHLKQUBCBJNN96ASA&ref_=pe_2466670_811284380




martes, 8 de octubre de 2019

NOTICIAS DE AMANTE EN SAIGON

Queridos lectores y amigos,

A partir de ahora AMANTE EN SAIGON puede comprarse en una dirección nueva. Es la misma editorial que ha cambiado de nombre. La editorial mundopalabras ahora se llama RUBRIC. Es lo que hay, todo cambia.

Muchas gracias por vuestra confianza y apoyo.

Rubén

Aquí están las nuevas direcciones:

https://rubric.es/producto/amante-en-saigon

o bien

libreria@rubric.es

lunes, 19 de agosto de 2019

QUE VUELVAN LAS POSTALES

Las postales llegaban entre el correo como una nota de color; a veces descoloridas o arrugadas o con la tinta corrida si habían sido escritas con pluma. Eran palabras amigas, una oportunidad de saludar a alguien que queremos cuando conseguimos una vez o dos al año escapar de ese rígido tirano que es la rutina. Vivir rutinizado es cómodo, es eficiente, incluso necesario, sobre todo cuando tenemos hijos, pero deja pocos espacios para lo que se sale del programa habitual. Ahí las postales ayudaban a enviar, a veces a cruzar, unas pocas palabras de recuerdo, simiente de un futuro encuentro para ponerse al día. Eran mensajes individuales, dirigidos a cada uno de los que deseábamos saludar. Tenían el rito de la carta: papel, bolígrafo, sello y buzón y, lo más importante, la espera.

En las paredes de los despachos, de los consultorios médicos, en las puertas de las neveras o por un tiempo encima de los pianos o junto a una lámpara de una mesa auxiliar o en la mesita de noche junto a la cama, ahí estaban esas postales, ventanitas abiertas al mundo, sorpresas exóticas junto a nuestra cotidianeidad, imágenes compartidas y celebradas o envidiadas por los compañeros de trabajo, que como el calendario de adviento, escondían bajo la foto un pequeño regalo: unas palabras de recuerdo, una frase cómplice, una cita erudita, una invitación a la aventura.

Hoy las hemos sustituido por imágenes de Instagram, inmediatas, sin palabras o casi, un solo envío multidestinatario, sólo para nuestros teléfonos a menos que las enviemos de nuevo a otros. En lugar de una imagen de papel que trata de sintetizar todo un viaje, enviamos diez, cincuenta vistas, algunas muy artísticas. Es el triunfo de farenheit 451. El Torquemada de la película de Kubrick se sentiría orgulloso de los tiempos que corren. ¿Palabras? Para qué. Una imagen vale más que mil palabras. ¿Lo vale? No estoy tan seguro.

Después de un veraneo italiano rodeado de chinos con su turismo depredador de horda y de “tick in the box”, de imágenes de Instagram, colas antes de apertura en las puertas de los restaurantes recomendados en las webs de los aficionados a guías turísticos, ofertas de “fast track” incluso para entrar en una iglesia (nada menos que San Pedro del Vaticano), me queda un regusto amargo de mundo perdido, acentuado por la lectura de Peregrinos de la Belleza, de Maria Belmonte, una selección de vidas auténticas de hace menos de cien años, testigos ya, entre guerras mundiales, de la progresiva vulgarización, es decir, accesibilidad al vulgo, que da lugar a convertir lo poético y lo sublime en productos de consumo de masas.

Rezo por un regreso a las postales, al disfrute de la belleza particular e íntimo, solo compartido con algunos pocos y a través de unas palabras personalizadas, con nombre, apellido y dirección postal. Rezo por algo que ya no existe.  


miércoles, 14 de agosto de 2019

MY SAIGON LOVER, SOON IN ENGLISH


“Arvo Part?” Said Kart at last.

Spiegel im Spiegel,” said Peter. “The mirror in the mirror. Let's see ourselves reflected for the last time.”

“Yes. I think I can grant you that wish. For the last time.”

They went down to the room where it was still the piano that Kartunen had brought, full of dust, the piano from which he never made plans to let it go, because he never imagined a date for him quitting the platform. He opened the cover with a solemn gesture, which resisted the detachment of its lower jaw. He sat down on the bench without removing the dust and passed the palm of his hand over the white keys, carefully, caressing them without producing any sound. He inserted his fingers between the black keys and let them reach the folds of his fingers, as when two lovers cross them and hold hands, and for a few seconds squeeze them tightly and hold their breaths and join their souls, for a few seconds, their souls, and they wish the second would be eternal, and they don´t feel the weight of their steps on earth and they are light, and they are ethereal and in that precise moment of consciousness of the last time, in the shared desperation with which one condemns himself to death to save the life of the one he loves, as the hero who gives his life for the life of others, or as the prisoner who looks into the eyes of each of the soldiers in the firing squad, each of his executioners as frightened as he is, at that moment Kartunen wept silently, his throat strangled by pain and sorrow, and he no longer felt strong nor was he sure he wanted to drown himself , that he wanted to die. But he said nothing and waited for Peter to settle in his place.

Peter sat into his usual seat, forgotten for many weeks, embraced the cello and waited for the piano to play the initial triad. The contact with the cello´s wooden body and its turpentine smell transported him to the icy stillness of Bergen's music room, to Elianne's kisses, to her crystalline laughter, her watery eyes, her fresh cheeks, the steam exhaled from her mouth, to her round, pale ass, tense and full. He began to tremble in the chair, excited or cold, perhaps afraid. He could not say. He closed his eyes and opened them when he heard the first chords and saw Kartunen crying on the piano.

The melody began with its slow and progressive cadence, like a meditated descent towards death. And the images of their lives, of their joys and their mistakes, flowed as their throats were gripped and their spirits rose lightly over their bodies. Memories began to create images that multiplied, linked and overlapped, and the gaps and shadows began to make sense, kaleidoscopic images, the mirror reflected in the mirror to infinity, and in the infinite, death doesn't make sense, it doesn't exist and there is no place for resentment or revenge; When everything is relative, it is time for forgiveness and forgetfulness, but not a therapeutic or forced forgetting, but the forgetting of Saint Francis of Assisi, when forgetting is forgiving, because there is no forgiveness without forgetting. And both cried with gratitude and emotion, like when after having fought for a toy, two children discover that it is much better to play together, better love than quarrel, love between the chosen brothers, as they had always been, a long time ago.